miércoles, 28 de abril de 2010

Miedo

Te encerraste en un cuarto junto a múltiples drogas, eso sólo te hizo olvidar lo que más temías: el miedo. Pretendiste que tomando "analgésicos", ese sentimiento se iría, sin embargo regresó... Las terapias las suspendiste porque pensaste "estoy bien", "ya me siento mejor"; ¡claro! recordemos que estabas consumiendo antidepreivos. Los antidepresivos te levantaban cada mañana, te ayudaban a remediar el miedo, sin embargo encontraste algo que verdadermente te hizo dejar todo de lado: las drogas. Las múltiples cosas que probaste te hicieron sentir "mucho mejor", pero lo que es más grande, te hicieron olvidar el miedo y sentirte valiente. Pasaron los años, inerrumpiste terapias y sólo te enfrascaste en averiguar nuevas maneras de extásis... Ahora regresaste al punto que pretendiste olvidar: el miedo. Tu miedo te ha hecho crear monstruos en tu cabeza, hablas con ellos, todas las mañanas. Ya no tomas antidepresivos, tomas café para hablar con tus fantasmas. Necesitas hablar de ellos para creer que relamente existen o que relamente están a tu lado y que nunca te dejaron. Tus fantasmas te acompañan día con día, necesitan de tí porque los alimentas y tú los necesitas para existir...