¿si escupiera mi cerebro, que vería?
acaso vería tu sonrisa, acaso vería tus manos recorriendo cada parte de mi cuerpo, vería cómo he hecho pedazos las ilusiones de otros, vería la mugre que esconde me jodida cabeza, vería las miseras cosas que he pensado sobre tí, vería tu figura atravesada con un cuchillo, vería el cuerpo desnudo de alguna amiga, vería la fantasía sexual aún no realizada, vería todos mis recuerdos, vería mi infancia, mi adolescencia tardía, mi necesidad de quererte, mi afición a las drogas, mi anhelo de estar contigo, mi levedad ante esté mundo, mi necesidad de tomar un trago a tu lado, mis ganas de tirarte a un barranco, mi necesidad de gritar, mis sospechas hacia mi yo, mi persona enterrada, mi sangre tomada por un sediento, mis venas ahorcándome,
sí escupiera mi cerebro que cosas vería...
lunes, 31 de agosto de 2009
viernes, 28 de agosto de 2009
Mi levedad
Te miro, me pongo nerviosa, comienzo a tartamudear, mirada esquiva, monosílabos...
hola- dices-.
contesto con una sonrisa, que más que satisfacción denota mis nervios
me preguntas si deseo café, contesto con una señal positiva.
sin embargo, en mi mente no sólo se figura el café, sino algo más...
Me pongo a pensar cuál sería la forma correcta de decirte que deseo estar contigo, cómo darte no sólo un beso, una caricia, un abrazo; sino tenerte completamente...
Deseo que estes a mi lado, tocarte, besarte,nombre con nombre, manos con manos, tenerte un instánte pleno...
Me entregas el café, levemente tu mano acaricia la mía, una onda nerviosa recorré mi espina dorsal...
Sólo ese pequeño instánte insignificante para tí, para mí fue el momento más subliminal que pude tener contigo,me siento más que satisfecha, me siento plenamente en otra orbita,
sonríes, caminas a tu lugar. Te observo con mirada perversa, corroboro que deseo llevarte a la cama...
Pasan los momentos, no me atrevo a confesarte que te quiero tener, pareciera obsesión, ¡lo es!... todo lo que haces me lleva a la conclusión de que eres el indicado para estar en un momento de hedonismo...
¡já!, regreso a la realidad latente. No me ves, no me oyes, me miras, pero no me consideras...
te esperare, me basta con sólo el olerte, saludarte, escuchar tu sonrisa, pero llegará el día en que esta estúpida cobardía explote o ¿será más fuerte mi levedad?
martes, 11 de agosto de 2009
Uno de tantos recuerdos
Cierro lo ojos y veo el recuerdo, observo ese momento que me llevo a conocerte, no sólo una mínima parte del total de tu cuerpo, sino una centesima parte de eso que tu llamas espíritu.
Mi mirada se torna negra, pero mi mente comienza a viajar, termina aterrizando en ese instánte pleno: vamos hacia el bosque, caminando, nos encontramos con un estanque que cría truchas, seguimos avanzando, decidimos que es mejor introducirse hacia las entrañas del bosque.
Es hora de comer, lo hacemos. Estamos viendo las nubes que sólo se encargan de seguir avanzando para cubrir al sol, decides hacer lo mismo, te tornas gris para sólo abrazarme y comienza el juego... recorro tus espalda, te miro a los ojos, y sabes que mi mirada explica sólo una cosa: satisfacción. Decides tocarme, comienzas por la boca, besarnos, es el lo primero, el juego de insistir en compartir esos pedazos de carne... recorres mi cuerpo, el tacto es el segundo de los sentidos que utilizas, después escuchamos los ecos de los árboles moviéndose... terminamos por aceptar que la situación se está poniendo díficil y que lo siguiente que hagamos será la unión de los cuerpos, pero decidimos que no será eso, mejor aceptamos sentarnos a ver como achucha la noche sobre el camino que nos falta por recorrer
Termina el momento, pero queda el recuerdo...
Mi mirada se torna negra, pero mi mente comienza a viajar, termina aterrizando en ese instánte pleno: vamos hacia el bosque, caminando, nos encontramos con un estanque que cría truchas, seguimos avanzando, decidimos que es mejor introducirse hacia las entrañas del bosque.
Es hora de comer, lo hacemos. Estamos viendo las nubes que sólo se encargan de seguir avanzando para cubrir al sol, decides hacer lo mismo, te tornas gris para sólo abrazarme y comienza el juego... recorro tus espalda, te miro a los ojos, y sabes que mi mirada explica sólo una cosa: satisfacción. Decides tocarme, comienzas por la boca, besarnos, es el lo primero, el juego de insistir en compartir esos pedazos de carne... recorres mi cuerpo, el tacto es el segundo de los sentidos que utilizas, después escuchamos los ecos de los árboles moviéndose... terminamos por aceptar que la situación se está poniendo díficil y que lo siguiente que hagamos será la unión de los cuerpos, pero decidimos que no será eso, mejor aceptamos sentarnos a ver como achucha la noche sobre el camino que nos falta por recorrer
Termina el momento, pero queda el recuerdo...
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