viernes, 28 de agosto de 2009

Mi levedad

Te miro, me pongo nerviosa, comienzo a tartamudear, mirada esquiva, monosílabos...
hola- dices-.
contesto con una sonrisa, que más que satisfacción denota mis nervios
me preguntas si deseo café, contesto con una señal positiva.
sin embargo, en mi mente no sólo se figura el café, sino algo más...
Me pongo a pensar cuál sería la forma correcta de decirte que deseo estar contigo, cómo darte no sólo un beso, una caricia, un abrazo; sino tenerte completamente...
Deseo que estes a mi lado, tocarte, besarte,nombre con nombre, manos con manos, tenerte un instánte pleno...
Me entregas el café, levemente tu mano acaricia la mía, una onda nerviosa recorré mi espina dorsal...
Sólo ese pequeño instánte insignificante para tí, para mí fue el momento más subliminal que pude tener contigo,me siento más que satisfecha, me siento plenamente en otra orbita,
sonríes, caminas a tu lugar. Te observo con mirada perversa, corroboro que deseo llevarte a la cama...
Pasan los momentos, no me atrevo a confesarte que te quiero tener, pareciera obsesión, ¡lo es!... todo lo que haces me lleva a la conclusión de que eres el indicado para estar en un momento de hedonismo...
¡já!, regreso a la realidad latente. No me ves, no me oyes, me miras, pero no me consideras...
te esperare, me basta con sólo el olerte, saludarte, escuchar tu sonrisa, pero llegará el día en que esta estúpida cobardía explote o ¿será más fuerte mi levedad?

1 comentario:

Antonio Rangel dijo...

ay, Sandra... no te imagino cobarde ni tímida... te diría que te avientes, pero qué tal si no te conviene... xD

luego te hablo, un abrazo!